El Pacto Roca-Runciman fue un acuerdo de comercio internacional celebrado el 1 de mayo de 1933 entre la República Argentina y el entonces Imperio Británico. El Pacto tuvo como fin establecer nuevas condiciones para que la Argentina pudiera seguir exportando carne vacuna hacia Reino Unido.
En la década de 1920 Estados Unidos había comenzado a disputarle al Imperio Británico la hegemonía mundial como potencia mundial financiera y manufacturera y su presencia en el mercado argentino aumentaba frente a la británica, dándose en este década un comercio triangular en el que Argentina exportaba materias primas a Gran Bretaña siendo superavitaria comercialmente, mientras importaba productos manufacturados de Estados Unidos de quien era deficitaria. Esta situación generaba preocupación tanto en Argentina como en Gran Bretaña que veían una amenaza en el avance estadounidense ya que los productos argentinos no eran comprados por los Estados Unidos y lentamente iban descendiendo debido a los problemas económicos británicos, el aumento de los aranceles de los demás compradores europeos, la competencia con otros países y la baja de los precios ganaderos, deteriorando la relación con su histórico comprador, mientras que Gran Bretaña sufría un fuerte déficit comercial respecto a Argentina que cada vez compraba menos sus productos industriales.
Con la llegada de Hipólito Yrigoyen, el gobierno argentino comienza a negociar un acuerdo comercial con Gran Bretaña conocido como D'Abernon-Oyhanarte, que estipulaba un aumento en la compra de carnes y granos argentinos a cambio de la exclusividad en la compra de material ferroviario y el compromiso de atender una serie de cuestiones, como el otorgamiento de extensiones a los ferrocarriles, la concesión de subterráneos, la construcción de elevadores y caminos por empresas británicas. A pesar de ser aprobada por la Cámara de Diputados el proyecto no logró pasar el Senado debido en gran parte al estallido de la crisis internacional a fines de 1929 y a la parálisis que vivió el Congreso durante el yrigoyenismo. En su discurso ante el Senado el ministro de relaciones exteriores Horacio Oyhanarte exclamó:
"Tenemos con el pueblo inglés una grave deuda moral que nos es grato confesarla. Cuando todavía éramos una expresión imprecisa … Inglaterra llegó a nosotros trayéndonos el aporte de su fe, de su confianza, depositando aquí sus capitales ... Trazando las primeras líneas de los ferrocarriles, alrededor de los cuales, como vertebrado en columnas se fue realizando paulatinamente el progreso de nuestra nación"
Con la Gran Depresión que se desató como consecuencia del Jueves Negro de 1929, Gran Bretaña, principal socio económico internacional de la Argentina, tomó medidas tendientes a proteger el incipiente mercado de carnes en la Commonwealth, en beneficio del tambaleante Imperio británico, por las que se obligaba a comprar carnes sólo a sus colonias y excolonias, las cuales eran Canadá, Australia y Sudáfrica, entre otras.
Para evitar que esta política comercial del Reino Unido afectara la balanza comercial de Argentina, el 28 de octubre de 1932, una misión encabezada por el presidente de la Nación Argentina, Agustín Pedro Justo, llegó a Londres. Fue recibida por Eduardo de Windsor, príncipe de Gales y futuro rey.
Seguidamente, el 1 de mayo de 1933 se firmó el tratado Roca-Runciman, entre el vicepresidente de la República Argentina, Julio Argentino Roca (hijo) y el encargado de negocios británico, Walter Runciman, por el cual el Reino Unido se comprometía a continuar comprando carnes argentinas en tanto y en cuanto su precio fuera menor al de los demás proveedores mundiales. Como contrapartida, Argentina aceptó la liberación de impuestos para productos británicos al mismo tiempo que tomó el compromiso de no habilitar frigoríficos de capitales nacionales. Paralelamente se creó el Banco Central de la República Argentina con competencias para emitir billetes y regular las tasas de interés bajo la conducción de un directorio con fuerte composición de funcionarios del Imperio Británico. No obstante todas estas concesiones, se le adjudicó además al Reino Unido el monopolio de los transportes de Buenos Aires.
Finalmente, el Pacto Roca-Runciman fue aprobado por el Congreso de la Nación Argentina mediante la sanción de Ley 11.693.
El Pacto Roca-Runciman aseguraba cuotas de exportación de carne argentina estables equivalentes a la adquirida en 1932 (punto más bajo de la Crisis del 30), afianzando el vínculo comercial con el Reino Unido.
Cláusulas:
Con motivo del Pacto Roca-Runciman, el vicepresidente argentino, Julio Argentino Roca (h), realizó la siguiente declaración:
"La geografía política no siempre logra en nuestros tiempos imponer sus límites territoriales a la actividad de la economía de las naciones. Así ha podido decir un publicista de celosa personalidad que la Argentina, por su interdependencia recíproca es, desde el punto de vista económico, una parte integrante del Imperio Británico."
La frase fue pronunciada con motivo de los acuerdos entre Argentina y Gran Bretaña, en el agasajo que la delegación argentina le ofreció al príncipe de Gales, en el Club Argentino de Londres, en Dorchester House.
Formó parte de una serie de declaraciones similares y tradicionalmente ha sido considerada por parte de la historiografía argentina como una frase humillante para la Argentina.
La frase original incluía las palabras
"... y solo se trata de una opinión ajena..."
con lo que algunos historiadores han entendido que su objetivo solo era resaltar la importancia de la relación entre ambos países y no expresar una subordinación de la Argentina a Gran Bretaña.
Por su lado, el economista de origen tucumano Raúl Prebisch, el cual era un asesor del propio Roca, llegó a afirmar lo siguiente al respecto:
"Sigo estimando, y puedo demostrarle a quien quiera, que el acuerdo era lo único que podía hacerse para la exportación argentina del desastre de la gran recesión mundial. No fue un acuerdo dinámico. Fue un acuerdo de defensa, en un mundo económico internacional que se contraía."
El 23 de julio de 1935, Lisandro de la Torre, senador por Santa Fe, denunciaba en la cámara las consecuencias del Pacto Roca-Runciman, firmado en 1933. Los ministros de Agricultura, Luis Duhau, y de Hacienda, Federico Pinedo, concurrieron durante 13 días consecutivos al Senado para contestar los cargos. En un momento, de la Torre abandonó su banca y se dirigió hacia la mesa ministerial, donde fue empujado por Duhau y cayó de espaldas. El senador Enzo Bordabehere se dirigió hacia el sitio donde se hallaba su compañero de banca. En ese momento, apareció detrás de Bordabehere un matón a sueldo ligado a Luis Duhau llamado Ramón Valdez Cora que revólver en mano, disparó dos proyectiles en la espalda de Bordabehere asesinándolo en pleno recinto.
Año | Importaciones de Argentina | Exportaciones de Argentina |
---|---|---|
1927 | 19.4 | 28.2 |
1930 | 19.8 | 36.5 |
1933 | 23.4 | 36.6 |
1936 | 23.6 | 35.0 |
1939 | 22.2 | 35.9 |
Fuente: Colin, Lewis - "Anglo-Argentine Trade 1945-1965"
citado en "Argentina in the Twentieth Century" por David Rock (London 1975) pg 115
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